La gestión de la comunicación de las acciones empresariales basadas en criterios ambientales, sociales y de gobernanza se está volviendo cada vez más compleja y necesaria. Especialmente, en un momento en el que crecen las acusaciones de ‘greenwashing’ y están surgiendo posturas de rechazo a la inversión sostenible
Los retos de comunicar el ESG: ‘greenwashing’ y ‘woke capitalism’
IC
Itziar Castelló Molina
Business Review (Núm. 333) · Márketing · Mayo 2023
Management & Innovation (Núm. 63) · Márketing · Marzo 2024
Desde 2021, con el anuncio de las Estrategias Net Zero del Reino Unido, la Estrategia de Adaptación para la Resiliencia Climática de la Unión Europea (UE) y el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE, ha habido un cambio dramático en la forma en que la mayoría de las empresas que cotizan en bolsa, los bancos de inversión y fondos invierten. La inversión con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por las siglas en inglés de environmental, social and governance) se está convirtiendo en algo “mainstream”. Ya ha llegado a las empresas, y hasta los banqueros centrales afirman con rotundidad que se va a quedar. La gran pregunta que se hacen ahora las organizaciones es cómo comunicar el ESG.
Comunicar las inversiones con criterios ESG resulta problemático, porque, más allá de las propias complejidades técnicas de los instrumentos ESG (por ejemplo, cómo clasificar las carteras, cómo evaluar las empresas, qué listas o rankings seguir, etc.), este tipo de inversiones se están volviendo una cuestión sobre el rol político que asumen las empresas.
El rol político
Las teorías del rol político de la empresa han sido desarrolladas por un grupo de académicos, entre ellos Andreas Scherer, profesor en la Universidad de Zúrich, Guido Palazzo, profesor en la Universidad de Lausana, y yo misma, en una serie de artículos1 en los que se argumenta que, pese a que la economía ha descrito a las empresas como actores económicos y no políticos (siendo los actores políticos, principalmente, el Estado), las empresas juegan un rol político importante en el mundo globalizado. Ese rol está en el desarrollo y apoyo de iniciativas de derecho no vinculante (también conocidas como derecho indicativo o legislación blanda). A través del desarrollo de estas normas de derecho no vinculante, las empresas toman posición política en temas como el cambio climático, yendo más allá de la legislación vigente.
Las inversiones en ESG, como todas las demás iniciativas que antes llamábamos de sostenibilidad o de responsabilidad social corporativa (RSC), al no estar reguladas completamente por los Estados, se han desarrollado a base de esta legislación no vinculante, con normas de libre aplicación y directrices marcadas, muchas veces, por asociaciones de las diferentes industrias. Algunas de estas normas son el Climate Disclosure Standards Board (CDSB), la Global Reporting Initiative (GRI), el International Integra...
Itziar Castelló Molina
Profesora titular en la Bayes Business School (City, University of London) ·