¿Te preocupa la sucesión de tu empresa?

¿Te preocupa la sucesión de tu empresa? ¿Te preocupa la sucesión de tu empresa?

El relevo generacional es uno de los temas más importantes en la gestión de empresas familiares. Si no se aborda correctamente, existe el peligro de generar conflicto tanto a nivel organizacional como personal. Aquí se exponen una serie de recomendaciones específicas para desarrollar con éxito un proceso sucesorio

El relevo generacional es una situación que, con seguridad, se dará en una empresa familiar (salvo que deje de ser familiar o desaparezca). Además, es un acontecimiento que, si no se planifica con mimo y no se ejecuta adecuadamente, provocará tensiones en la empresa y en la familia. Por tanto, conviene anticipar la situación, planificarla y tratarla como un tema ordinario, aunque prioritario. Debe ser visto como un proceso cuyo objetivo es evitar que la sucesión sea un evento sobrevenido sin preparación previa. Un proceso en el que se debe involucrar tanto al candidato como al que será sucedido, pero también al resto de la familia y a la propia organización, para que se trate con naturalidad y visibilidad.

 

¿Crees que, en el proceso sucesorio, tu empresa saldrá debilitada y con riesgo de desaparecer? Seguramente estés en lo cierto. La experiencia nos dice que la mayoría de las empresas familiares sufren en el proceso sucesorio y muchas de ellas sucumben.

Partamos de un supuesto imaginario que es muy común: pensemos en una empresa de primera generación, con más de veinte años de existencia, en la que su fundador sigue al frente. La compañía ha tenido sus altibajos, pero, visto en perspectiva, ha sido exitosa. El fundador empezó desde cero y se hizo a sí mismo. No tiene formación universitaria, aunque sí mucho empuje, arrojo, iniciativa… y buen olfato para los negocios. Apoyado en estas características personales, consiguió hacer crecer su empresa y convertirla en su modo de vida. Un modo de vida desahogado, quizá austero.

Nuestro empresario está llegando a su edad de jubilación y tiene a alguno –o a varios– de sus hijos trabajando en el negocio. Puede que algún otro hijo haya tomado otro camino profesional. Ellos sí han estudiado y saben que algún día heredarán el negocio familiar.

Durante mucho tiempo, en esta familia se ha banalizado la sucesión en la empresa. La figura del padre es omnipresente y se vive como si nunca fuese a faltar. No es algo agradable de pensar. Pero, si bien la existencia de la empresa es mérito de su fundador, su continuidad dependerá del proceso sucesorio y de los sucesores.

Seguramente, la peor manera de afrontar el proceso sucesorio es dejar que la naturaleza siga su curso y planteárselo ...


Enrique Garrido

Director y profesor del Área de Dirección de Producción, Tecnología y Operaciones en San Telmo Business School ·